el dirigente estatal del PRI, Alejandro Armenta Mier, el candidato de la Alianza Puebla Avanza huyó de la prensa, concentrada en el Camino Real, donde tuvo una reunión privada con diputados federales y algunos candidatos, a quienes planteó la necesidad de cerrar filas para mantener la unidad del grupo fundado por Mario Marín Torres.
Armenta Mier tuvo que enfrentar a los medios de comunicación. Así facilitó la salida de su aspirante y tuvo la oportunidad de asegurar que "el priísmo poblano se encuentra de pie", que los más de 800 mil votos a favor del ex secretario de Desarrollo Social demuestran su representatividad entre los poblanos, y que ahora, lo importante, será mirar hacia adelante y preparar el camino rumbo a la elección presidencial de 2012.
En tanto, entre los corredores, mesas y patios del hotel de cinco estrellas, empezó a analizarse el nuevo proyecto: López Zavala asumiría el liderazgo estatal del PRI para ordenar filas y prepararse para los comicios presidenciales.
Julieta Marín salió emocionada. Blanca Jiménez, vestida toda de blanco, exhibió su desconcierto. Isabel Merlo dejó a la mirada perderse en el edificio colonial. Leobardo Soto y Francisco Ramos no evitaron un análisis somero del plan. Juan Pablo Jiménez Concha caminó sonriente, como si hubiera encontrado la ruta. Alberto González evidenció su extrañez, lo mismo que Víctor Manuel Carreto. Otras fotografías similares eran posibles encontrar sobre las lajas de recinto.
Cuando la columna de legisladores poblanos en San Lázaro empezó a diluirse en la vía pública, atrás quedaba Armenta Mier y su declaración: "Estoy listo para contribuir al triunfo electoral del 2012, porque vamos a ganar la Presidencia (de la República)", dijo.
El también ex diputado local, quien terminaría su gestión partidista a finales de este año, afirmó que él y la secretaria general del PRI, Claudia Hernández Medina, aceptan su responsabilidad por el fracaso; "tenemos vergüenza política (la dirigencia), pero no sabemos abandonar ningún barco, no estamos acostumbrados a abandonar ningún barco a la mitad del camino", sentenció.
Por lo anterior, descartó el endose de la factura política; empero, se abstuvo de reconocer, en forma oficial, la derrota de López Zavala, pese a que el PREP le da 11 puntos de ventaja al candidato de la coalición Compromiso por Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, pues todavía no han sido reconocidos por el Instituto Electoral del Estado (IEE).
Sobre la presunta petición de la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, de no aceptar la derrota hasta que el PAN reconozca la victoria tricolor en Veracruz, dijo: "un dirigente no puede declarar una elección caída para sus candidatos, antes de que el órgano electoral lo sancione".
Al final, subrayó que, con el apoyo del CEN del PRI, la Secretaría de Acción Electoral y la Coordinación Jurídica, defenderá los triunfos en casi 110 ayuntamientos y 14 diputaciones (aunque el PREP sólo les concede 98 comunas y 12 demarcaciones legislativas).
Sin derrotas eternas
"Una derrota no significa que sea para siempre", argumentó Mercedes del Carmen Guillén Vicente, delegada nacional del PRI, quien dijo que la dirigencia estatal empezará a realizar el análisis correspondiente de la campaña, con el propósito de empezar a perfilarse rumbo al 2012.
La también diputada federal del PRI detalló que, hasta el momento, su lideresa nacional Beatriz Paredes Rangel no ha realizado un pronunciamiento sobre la derrota que sufrió el instituto tricolor en la entidad poblana.
Sin embargo, refirió que el PRI, primero, debe esperar el cómputo final de los 217 consejos municipales y de los 26 distritales, para analizar qué demarcaciones podrían impugnarse.
En entrevista por separado con el jurídico del PRI, Miguel Maya Pizaña, refirió que el PRI tiene 30 días para iniciar estos trámites; en este sentido, aseguró que ya analiza los procesos en algunos municipios.
Por: Olda Rodriguez Olan
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