El día de ayer con la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, concluyó en los hechos un capítulo en el proceso de nominación del candidato del PRI a la gubernatura, pero no concluyó la búsqueda de un proyecto alternativo para Puebla; concluyó también la posibilidad de generar un cambio a nivel nacional y local, en la manera en que como los institutos políticos promueven el desarrollo de la democracia interna en la selección de sus candidatos.
El pasado primero de febrero, el Partido Revolucionario Institucional, mi partido, a través de la Comisión Estatal de Procesos Internos, me negó el registro como precandidato a la gubernatura de Puebla, y con ello la posibilidad de generar un cambio a nivel nacional y local en la manera de cómo los institutos políticos promuevan el desarrollo de la democracia interna en la selección de sus candidatos.
Este acto, puso en evidencia la actitud de un partido que debiera ser moderno y democrático, pero que en los hechos, todos lo sabemos, actúa en función de los intereses de un solo proyecto.
Como priísta y como poblano, manifesté mi preocupación por las flagrantes muestras de inequidad en la contienda, pero sobre todo, por haberme negado la posibilidad de participar en un proceso, al cual, tanto legal como legítimamente tengo derecho. Resulta indignante, ilógico, e injusto, que siendo poblano y en uso de mis derechos constitucionales, se me impida buscar la candidatura al gobierno del estado donde nací, todo, por la terquedad y el capricho de un grupo.
Ante el escenario de bloqueos, favoritismos y simulaciones, me vi obligado a recurrir a la justicia federal para solicitar la protección a mis derechos políticos, con el propósito de encontrar en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la imparcialidad que las instituciones locales no tienen.
Lamentablemente no fue así.
Todos fuimos testigos, a través de los diferentes medios de comunicación, del impresionante despliegue que se montó, para litigar el asunto que puso en jaque los intereses del sistema.
Funcionarios de diferentes niveles de gobierno, así como personajes que representan lo más oscuro del PRI de antaño, presionaron a los magistrados del Tribunal Electoral para incidir en la orientación de la resolución.
¿Cómo entender entonces la intervención de funcionarios públicos litigando a favor de un particular?
La participación de esos funcionarios demuestra el tráfico de influencias y la colusión de autoridades que aún prevalecen en nuestro país.
Por convicción, principios y compromiso, soy un hombre que se apega a la ley y a sus instituciones, por lo que respeto y acato el fallo del Tribunal Electoral, aún y cuando en el marco de la libertad que la constitución consagra, de ninguna manera compartimos los argumentos vertidos por la mayoría de los magistrados para dicho fallo.
Lamentablemente, el fallo demuestra que en nuestro país lo jurídico sigue sujeto a lo político. Los magistrados, dejaron de lado su papel de impartidores de justicia, para convertirse en escrutadores de la Comisión Estatal de Procesos Internos del PRI, toda vez, que el fondo del asunto era determinar jurídicamente la confiabilidad y certeza del padrón de un instituto político, y no contar firmas, como lo razonó ampliamente el magistrado Galván.
“Controvertido y controvertible”; “Documentos privados o documentos públicos”; “Padrón o registro de militantes”; “Relación de nombres o de personas”; Fueron las argumentaciones en casi dos horas de debate, fuimos testigos quienes lo seguimos a través del Internet. Cinco conclusiones de que el registro que apareció en estrados, era el documento válido. Una conclusión que era precisamente el motivo del juicio: que no había un registro confiable. ¿Quién gana con este resolutivo? Gana la partidocracia y pierde la militancia, que aspira a que la democracia representativa se rija por los principios de legalidad, imparcialidad y equidad, y no sujeto a criterios unilaterales basados en filias y fobias.
En todo caso, rescatemos la propuesta del magistrado Oropeza, sobre la necesidad urgente de pronunciarse respecto de los registros de militantes de todos los Partidos Políticos.
La decisión del Tribunal Electoral no es una derrota para una persona o un grupo de poblanos, es una decisión que afecta a miles de poblanos que creen que en nuestro país es posible construir proyectos políticos en un marco de fortalecer a la democracia.
Como lo he señalado, este fallo del tribunal no analizó la esencia del problema que denunciamos un grupo de priístas y ciudadanos poblanos que nos negamos a aceptar un proyecto de un grupo político que excluye a los demás, y el mismo fallo demuestra que en nuestro país, como señalé, lo jurídico sigue sujeto a lo político.
Con esta resolución, nuestro compromiso no se agota ni concluye, por el contrario, se fortalece, ya que nuestro compromiso es con Puebla y con todos los poblanos, y como lo hemos dicho en múltiples momentos, podemos aportar para el desarrollo de Puebla desde cualquier sitio.
La resolución del Tribunal Electoral no representa el triunfo de un proyecto político sobre otro, sino el debilitamiento del estado de derecho frente a los intereses de los grupos de poder. La protección a los partidos políticos, pudo más que la protección a los derechos ciudadanos.
Con esta determinación, no solamente se afectan los derechos políticos de Enrique Doger, sino de los miles de poblanos, hombres y mujeres libres que quieren una Puebla en libertad, estable, próspera y sin corrupción.
A todos ellos, que conforman una corriente crítica e independiente al interior del PRI, les agradezco su apoyo y su confianza, hacia el proyecto que encabezo. Me comprometí a luchar por mejorar el estado de Puebla y así lo haré.
Hoy, los procesos jurídicos partidarios nos han dado la espalda. El primero, por no hacer valer el derecho de expresión ciudadano; y el segundo, por no reconocer nuestra militancia, a pesar del trabajo y convicción de muchos años.
A los dirigentes del PRI les quedan muchas preguntas sin respuesta, ¿ese es el proceso imparcial que tanto anunciaron? ¿Con una convocatoria llena de candados y dedicatorias y una Comisión que fabrica un padrón partidario a modo? ¿Ese es el PRI que queremos? ¿Ese es el PRI que necesita la sociedad?
El juicio popular y el juicio de la historia suelen ser más severos que las sentencias oficiales del momento. Estoy convencido que la ciudadanía, los ciudadanos de Puebla tendrán su propio veredicto.
Finalmente, quiero agradecer a los miles de poblanos y poblanas que a lo largo y ancho del estado de Puebla me han manifestado su respaldo para encabezar un proyecto de desarrollo que favorezca la economía, el empleo, la seguridad y la educación de los poblanos.
Lo importante para nosotros siempre ha sido el proyecto que los poblanos requieren para resolver los graves problemas del estado.
Sigo pensando y conmigo muchos miles de poblanos, que el destino de Puebla no puede estar en manos de unos cuantos; hoy más que nunca el destino de Puebla debe de estar en manos de todos.
Me he manejado con apertura en ideas sin claudicar a mis Principios y a mis Ideales de buscar lo mejor para nuestro estado, de tal manera que no acepté negociaciones de último minuto, ni ofrecimientos de compra de mi voluntad para sumarme a ningún proyecto.
Nunca ha sido la búsqueda del poder una obsesión para nosotros; creemos en los ciudadanos, creemos en la gente que es quien nos apoya y es la gente a quienes nos debemos.
A nosotros nos mueven las convicciones, los principios, las ideas, la congruencia y mi compromiso es con Puebla y con todos los poblanos.
Claramente señalo que el trabajo y servicio a favor de Puebla y la sociedad se pueden realizar en cualquier trinchera, adentro o afuera de los partidos políticos, y por lo mismo, yo continuaré trabajando por la ciudad y por el estado en que nací.
Los poblanos son y serán los mejores jueces de la actuación pública de Enrique Doger.
Como lo he señalado reiteradamente, nuestro compromiso no se agota, ni concluye con este fallo, por el contrario, sólo es un paso más en el proyecto ciudadano de miles de poblanos. Existen muchos otros espacios desde donde podemos aportar para el desarrollo de Puebla y lo haremos con orgullo y con convicción.
Estoy convencido que la ciudadanía tendrá su propio veredicto y también estoy seguro de que habrá personeros de la política que nuevamente nos llenarán de ataques, pero se olvidan que hoy los poblanos no se dejan engañar.
Seguiré trabajando por Puebla, seguiré haciendo política de cara a los ciudadanos y en beneficio del estado.
Seguiremos luchando por la transformación de Puebla.
Muchas gracias .
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